Marcos González Sedano: LA CONSTITUCIÓN DE 1978 HA MUERTO


Siddhartha:

Todo lo que somos es el resultado
de lo que hemos pensado.
La mente lo es todo.

LA CONSTITUCIÓN DE 1978 HA MUERTO

La aguja va sacando del vinilo las notas de la gaita, el acordeón, el bouzouki, el violín, la flauta, la guitarra, el bodhran... Me llevan hasta las fosas nasales el olor a salitre, a mar, a marineros sacando el pez nuestro de cada día. La música me trae a los oídos los sonidos del monte, el paso pausado de los campesinos que al cruce se saludan: "¡eeii!", y se contestan: "¡auuh!" bajo el resplandor de la luna, en el camino del bosque sagrado.

Frente a las Islas Cies, una botella de Albariño nos alarga la velada mientras los de abajo reciben a la clase media y a una buena parte de la burguesía urbana y campesina, que con su encanto, va siendo devorada por su propio Saturno sin entender lo que le está ocurriendo.

El camino, lo importante es el camino, la meta es solo el objetivo que nos invita a la experiencia, gritaba el poeta en la soledad de Alejandría.

Yo podría invitarles a ustedes a compartir el asfalto de las ciudades, la luz del sol o de las estrellas, o tal vez a un aquelarre. Pero no a un entierro. Y, sin embargo, en estos tiempos que corren, los vende patrias, los usureros de la globalización actúan con la bandera de la parca controlando nuestro destino desde el principio hasta el fin, nos van descuartizando poco a poco, cercenando nuestras vidas, convirtiéndonos en seres infelices para saciar ellos, los de arriba, su glotonería.

Yo puedo invitarles a ustedes a un nacimiento, o tal vez a una orgía dialéctica, pero no a un entierro. Los sepultureros de este estado que desde las tribunas vociferan, que nos roban por nuestro beneficio, se merecen una respuesta. Y esta solo puede ser de esperanza, de vida, de ilusión.

La constitución de 1978 ha muerto, la han asesinado los mismos que la parieron. Y con ello nos han liberado. Nos ofrecen la posibilidad de recuperar la soberanía arrebatada, de labrar, de sembrar, de forjar en el yunque, de crear en el ordenador, de abandonar la soledad no deseada, de no quedarnos con los brazos cruzados mientras nos pasan a cuchillo.

Apenas unos miles de personas nos hemos adherido a una auto-convocatoria para iniciar un proceso constituyente.
Nos hemos dado cita los próximos días 17 y 18 de marzo en la ciudad de Cádiz, coincidiendo con el 200 aniversario de la primera constitución española, "La Pepa", la más avanzada en su día, que abrió el paso a la emancipación y liberación de las colonias españolas en América.

Apenas unos miles de personas gritando que es necesario abrir un proceso democrático desde la soberanía del pueblo, y apenas unos cuantos cientos abriendo el debate en Cádiz. Pero una sola chispa podría incendiar la pradera.
La aguja va sacando del vinilo las notas de la gaita, el acordeón, el bouzouki, el violín, la flauta, la guitarra, el bodhran... Me llevan hasta las fosas nasales el olor a salitre, a mar, a marineros sacando el pez nuestro de cada día. La música me trae a los oídos los sonidos del monte, el paso pausado de los campesinos que al cruce se saludan: "¡eeii!", y se contestan: "¡auuh!" bajo el resplandor de la luna, en el camino del bosque sagrado.

Frente a las Islas Cies, una botella de Albariño nos alarga la velada mientras los de abajo reciben a la clase media y a una buena parte de la burguesía urbana y campesina, que con su encanto, va siendo devorada por su propio Saturno sin entender lo que le está ocurriendo.

El camino, lo importante es el camino, la meta es solo el objetivo que nos invita a la experiencia, gritaba el poeta en la soledad de Alejandría.

Yo podría invitarles a ustedes a compartir el asfalto de las ciudades, la luz del sol o de las estrellas, o tal vez a un aquelarre. Pero no a un entierro. Y, sin embargo, en estos tiempos que corren, los vende patrias, los usureros de la globalización actúan con la bandera de la parca controlando nuestro destino desde el principio hasta el fin, nos van descuartizando poco a poco, cercenando nuestras vidas, convirtiéndonos en seres infelices para saciar ellos, los de arriba, su glotonería.

Yo puedo invitarles a ustedes a un nacimiento, o tal vez a una orgía dialéctica, pero no a un entierro. Los sepultureros de este estado que desde las tribunas vociferan, que nos roban por nuestro beneficio, se merecen una respuesta. Y esta solo puede ser de esperanza, de vida, de ilusión.

La constitución de 1978 ha muerto, la han asesinado los mismos que la parieron. Y con ello nos han liberado. Nos ofrecen la posibilidad de recuperar la soberanía arrebatada, de labrar, de sembrar, de forjar en el yunque, de crear en el ordenador, de abandonar la soledad no deseada, de no quedarnos con los brazos cruzados mientras nos pasan a cuchillo.

Apenas unos miles de personas nos hemos adherido a una auto-convocatoria para iniciar un proceso constituyente.
Nos hemos dado cita los próximos días 17 y 18 de marzo en la ciudad de Cádiz, coincidiendo con el 200 aniversario de la primera constitución española, "La Pepa", la más avanzada en su día, que abrió el paso a la emancipación y liberación de las colonias españolas en América.

Apenas unos miles de personas gritando que es necesario abrir un proceso democrático desde la soberanía del pueblo, y apenas unos cuantos cientos abriendo el debate en Cádiz. Pero una sola chispa podría incendiar la pradera.

Marcos González Sedano.